Testimonios
Noviembre 2020.
Hoy por hoy, hemos sido parte de uno de los controladores más fuertes del planeta, un virus que nos cambió el día a día, pero en algunos hasta el alma.
Soy mamá Patria desde que mi hijo tenía 2 años 9 meses, mi situación personal me obligaba a decidir si lo dejaba un año en guardería o soltarlo en un preescolar tan pequeño, sin embargo, nunca olvidaré como nos abrieron la puerta y la confianza que recibí en ese instante, sentirme segura de dejar al ser más importante de mi existencia no era fácil, pero sentí estar en el lugar correcto.
Hoy somos parte de la generación 2020 y mi hijo cursa 3ro de Secundaria, su último año; cuando nos enteramos de que no habría regreso a clases para agosto 2020, fue una tristeza e impotencia, pensar que después de tanto tiempo mi hijo quizá no podría volver a ver a sus amigos en la escuela, no tener interacción con sus profesores, que una de las etapas más increíbles de su vida se esfumaba, seguir adaptándonos a que todo era a través de aparatos electrónicos, no poder presenciar sus partidos, teníamos planeado el último disfraz de Halloween, ideando un proyecto emprendedor, por supuesto, una fiesta de graduación…
Aún así teníamos que seguir luchando y adaptándonos a todo, recibí llamadas, mensajes, opiniones, comentarios como ¿Se van a quedar? ¿Ya pagaste? ¿Te conviene? ¿Has visto otras opciones?
Yo pensaba, como puedes dejar una Institución en la que no te ha hecho falta nada, en donde hemos sido felices, en donde hemos aprendido, en donde hemos sido participes de tantos eventos, en donde tú hijo tuvo accidentes y mientras yo llegaba recibía todo el amor y consentimiento, en donde un problema se podía resolver, en donde también hice corajes pero finalmente recibía el apoyo, en donde te hicieron parte de una familia reconociendo siempre cada logro, en donde un buenos días desde el conserje hasta directivos era importante.
Durante el proceso de marzo a Julio, hablaba constantemente a la escuela porque me preocupaba la manera en la que veía a mi hijo tomar clases, no entendíamos ciertos procesos…Hasta que nos volvimos más empáticos y dijimos, no solo es nuevo para nosotros si no para ellos, dejemos que hagan lo mejor posible.
Se llegó el día, 24 de agosto, acondicionando un espacio en casa que fuese cómodo, digno de tomar clases virtuales, porque era la única opción, pero a pesar de eso, estuvimos emocionados, conocíamos el proceso, volver a ver y escuchar a los profesores era realmente motivador, tener la incertidumbre de cómo íbamos a vivirlo y sobre todo que tanto funcionaría.
Solo ha pasado un mes y puedo decir que una vez más ha sido la mejor decisión, se que influye de manera radical el hecho de que nosotros nos sentimos parte de esa comunidad educativa, pero es tan fácil integrarse, que estamos agradecidos con el esfuerzo que han puesto para que todo fluya de la mejor forma, soy testigo presencial al 100%, mientras yo trabajo escucho todas y cada una de las clases de mí hijo, incluso sigo aprendiendo junto con él.
Me queda claro el esfuerzo de cada profesor, como los motivan y arropan a pesar de estar a través de pantallas, la forma en la que les siguen exigiendo, el compromiso que les transmiten, su preocupación para que aprendan con las dinámicas que han implementado y sobre todo estar pendientes de como se sienten sus alumnos.
Hoy por hoy, una gran elección en ésta nueva modalidad.
Gracias por dejar una gran huella en nuestro corazón, por la aceptación, apoyo y empatía.
¡SER CEP, ES Y SEGUIRÁ SIENDO UN ORGULLO!
Sylvia Monroy Romo
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El Centro Educativo Patria marcó mi vida, el cariño con que nos trataron siempre, dejó huella, agradezco a mis padres haberme dado la oportunidad de estar en un colegio en donde no eres uno más, sino que eres TÚ, todos te llaman por tu nombre y te tratan como si fueras el único alumno del colegio; estudié Primaria y Secundaria en el C.E.P., hoy, 11 años después sigo recordando esos años, como los mejores de mi vida de estudiante.
Hoy cuento con personas sumamente importantes en mi vida, a ellos, mis mejores amigos; los conocí en el C.E.P.
A mis maestros del C.E.P. quienes siempre hicieron un esfuerzo extra para que saliéramos adelante, con cariño y paciencia, también los recuerdo, como los mejores.
A Viole, nuestra directora, quien siempre tuvo tiempo para nosotros, recibiéndote con una sonrisa y un abrazo, le agradezco todo el amor que me brindó (y lo sigue haciendo)…
Ing. Alejandro Rincón Gallardo De Valle Arizpe
Estudiante C.E.P. (1992-2001)
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El C.E.P…
Me dejaron muy poco espacio para poder expresar tantas cosas vividas en este grandioso lugar, excelentes personas que gracias a este lugar se convirtieron en familia, maestros que te conocen, que te aprecian por quien eres y como eres, y que no son solo tus maestros, son parte de tus amigos también. Eres una persona con nombre y no solo un alumno más, se preocupan por ti, y te ayudan en lo que pueden.
Algo que no cambiaría y definitivamente estaría gustoso de revivir es cada uno de los momentos en este lugar. Gracias a las amistades que logre ahí, y que hoy en día son parte de mi familia. Experiencia única e inolvidable.
Lic. Alejandro García.
1992-2004
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No tengo palabras para expresar lo agradecida que estoy de haber estudiado en el Centro Educativo Patria, y sobre todo la calidad de personas que conocí, que las considero mi familia, tantos momentos, alegrías, tristezas, logros… grandes amigos e historias¡¡ Es toda una familia… totalmente Agradecida y por nada del mundo cambiaría cada momento vivido porque me hicieron ser una gran persona.
Gracias a todos mis maestros en especial a Vero porque aparte de ser una excelente guía estuvo en todo momento conmigo y que decir de Viole sin duda alguna una segunda madre al pendiente en cada momento.
LAE Raquel Salas Rojas.
1992-2004
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